No. No es de MI enemigo… Es del enemigo por muchos percibido.
Cuando se habla del “enemigo”, lo que se tiene en mente es la gente que nos disgusta, o la gente que directamente no gusta de nosotros, aquellos que por obvias, y a veces ocultas razones, todo lo que dicen y hacen es para nuestro perjuicio.
En esta tan incompatible relación, ¿hay algo que se pueda aprender del enemigo?
Una de las primeras reacciones que uno escucha es “¡Por cierto! Se aprende lo que NO SE DEBE HACER”.
No hay ninguna objeción a esta respuesta. Pero la realidad es que con demasiada frecuencia, uno solamente refleja con injustificada convicción, lo que creemos nuestro (percibido) enemigo intenta hacer con nosotros.
Ramses aplastando a sus enemigos.
¿Dónde Esta Mi Enemigo?
Desde una habitación contigua a la de los chicos que se entretenían mirando el filme “Enemigo Mío”, yo espiaba intermitentemente el desarrollo del drama mientras atendía a mis invitados.
El tema del filme—musicalizado por Maurice Jarre--quedó rondando mis pensamientos hasta que volví a quedar solo, y en esa sucesión de asociaciones que a veces ocurre, recordé otro filme con la misma trama: “Infierno en el Pacifico”, en el que dos enemigos abandonados en una isla deshabitada del Pacifico, deben aceptar sus diferencias y trabajar juntos para sobrevivir, a pesar que sus países estaban en guerra.
Las repetidas denostaciones a Estados Unidos y a la filosofía “laissez faire” capitalista que se supone en las actitudes de su pueblo y las acciones de su gobierno (debo aclarar que esta no es una nota con argumentos para desvirtuarlas) se sumó a la cadena de asociaciones, arrastrando con ellas el extraordinario fenómeno de la actual campaña electoral en este país mientras sostiene una guerra impopular e injustificada.
¿Había al fin llegado ese día que nunca llegaría? Un negro ganó por primera vez en la historia un importante arranque inicial en las primarias y se sitúa, también por primera vez, como el más serio candidato a convertirse en el próximo presidente de EE UU. "En este decisivo momento de nuestra historia", declaró Barak Obama a sus seguidores, "ustedes han permitido que ocurra lo que los cínicos aseguraban que jamás ocurriría en este país".
Pero lo más importante parece ser lo poco que han influenciado las alianzas políticas, la riqueza, la raza, el sexo o la religión en este resurgimiento del civismo juvenil que llevo a este hombre hasta donde hoy se encuentra. Este es un movimiento surgido casi espontáneamente desde la base, sin conexión con grupos de interés--ni líderes negros ni organizaciones feministas ni grupos ecologistas ni alguna otra cosa que se parezca a las estructuras tradicionales de poder de izquierda o de derecha--empujado por un ejército de jóvenes voluntarios y activistas neófitos y sin afiliación política.
Porque para que esto pudiera ocurrir, para que casi un desconocido, hijo de un africano, salido de los barrios pobres de Chicago, para que triunfase en un Estado con mas del 90% de población blanca, tuvo que registrarse una arrolladora congregación de votantes jóvenes e independientes, imbuidos con una pasión desconocida en la política desde John Kennedy, y confirmar el deseo masivo de renovación de los votantes norteamericanos.
"Hemos escogido la esperanza frente al miedo” declaró Obama a su audiencia, esperando que al final de este día, los ciudadanos de New Hampshire se lo confirmen.
No importa ya—al menos para quien escribe esta nota—si Barak Obama gana finalmente la carrera a la presidencia de Estados Unidos, la lección ha sida ya dada, no por este extraordinario candidato, sino por la juventud norteamericana empujada por un nuevo aliento después de ocho años de George Bush, reclamando para la presidencia norteamericana un nuevo rostro que envíe al mundo y a sus propios compatriotas un nuevo mensaje de optimismo.
“O Gran Espíritu cuya voz me llega con los vientos, acudo a ti como una de tus muchas criaturas. Necesito de tu fortaleza y tu sabiduría. Hazme fuerte, no para ser superior a mi hermano, sino para vencer a mi mas peligroso enemigo, yo mismo.”
--Chief Dan George, My Corazon Vuela.
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